miércoles, 13 de marzo de 2013

Seguridad, autoconfianza y autoestima



Este fin de semana he estado viendo una serie de programas de televisión en la que cambiaban la forma de vestir de algunas mujeres (no vi ningún hombre entre los protagonistas del programa).

Todas las "intervenidas" aparentaban una gran confianza en sí mismas, a pesar de ser su indumentaria rayana en lo grotesco en ocasiones.

Sin embargo esa elevada autoestima desaparecía cuando se veían en el espejo de los ojos de los demás. En todas las ocasiones esa indumentaria y esa seguridad escondían miedos, traumas, venganzas o contestaciones a su entorno

La seguridad en uno mismo no es un enfrentamiento a los demás. Tener una elevada autoestima no significa que tengamos que desafiar a todos cuantos nos rodean como diciendo “Veis, no me importa lo que penséis de mi”.

Cuando veo a una persona cuyo aspecto y actitud es muy desafiante de forma continua, pienso que esconde algo, normalmente un miedo a mostrarse sin disfraz.

Me vino entonces a la cabeza el comienzo del libro “Soy más lista que el hambre”, (ISBN 978-84-15115-70-0), escrito por Eva Campos Navarro. Dice Eva que durante un tiempo tuvo un peso demasiado elevado, pero que aparentemente era feliz con su aspecto, hasta que se dio cuenta de lo falso de su pretendida felicidad. Es un libro muy recomendable, en especial para aquellas personas (el libro parece que sólo está dirigido a mujeres, pero vale para todos) que han hecho mil dietas y siempre recuperan el peso o simplemente no les funcionan. Eva no da dietas, te ayuda a buscar las causas por las que comes de más. Te recuerda que debes respetarte, y eso significa, entre otras, dejar de hacer cosas simplemente por lo que otros puedan pensar.

Sentirse bien con uno mismo no es mostrar a los demás lo bien que nos sentimos, lo contentos que estamos y lo poco que nos importan sus opiniones. La autoestima implica sentirse de verdad bien con uno mismo, quererse, y ser capaz de aceptar de verdad los defectos y de valorar las virtudes. Una autoestima alta significa saberse importante sin que el aspecto externo sea determinante, y poder llevar una ropa u otra en función de las necesidades de trabajo, por ejemplo.

Los jóvenes suelen llevar como bandera su aspecto exterior, pero eso no significa que su autoestima sea alta, sino más bien, como ya he dicho, se trata de una forma de esconderse,  o de demostrarles a los amigos que ellos son más importantes que la familia, asumiendo el uniforme del grupo o "tribu" a la que pertenecen.

La autoestima, es entonces la forma en que nos vemos a nosotros mismos, el valor que nos damos.

La autoconfianza es parecida, pero desde mi punto de vista no es exactamente igual. Es la seguridad que tenemos en alcanzar nuestras metas, en lo que podemos hacer, en lo que sabemos. En definitiva en aspectos relacionados con conocimientos o habilidades, en capacidades.

Ambas van de la mano. Pero se diferencian en el lugar en el que actúan.

La autoestima lo hace sobre la valoración que nos hacernos a nosotros mismos.

La autoconfianza sobre nuestras creencias en lo que podemos hacer.

Las dos deben ser fuertes. La primera sin resquicios, porque como he dicho muchas veces, cada uno es la persona más importante para sí, la única con la que vamos a convivir toda la vida con seguridad.

La autoconfianza debe ser también fuerte, pero realista, y en constante crecimiento. Debemos saber que somos capaces de hacer y hasta donde podemos llegar, pero también debemos tener la seguridad de que podemos crecer y aprender y así llegar más lejos continuamente, la seguridad de que nuestra capacidad de aprendizaje y mejora es continua, real, y que forma parte de nosotros como seres humanos.

Ambas pueden mejorarse. Las personas con autoestima baja pueden mejorar su visión de sí mismas, pueden aprender a quererse a pesar de tener errores, o de no ser perfectos. De hecho, todos cometemos errores, todos tenemos imperfecciones. Lo importante es quererse con los errores. Lo importante es saber que podemos corregir esposa errores y aparte prender de ella.

Puedes tener poca confianza en hacer algunas tareas bien, desconfiar de tus capacidades en alguna tarea concreta. A pesar de eso no hay que perder la autoestima. El exceso de confianza tampoco es lo mejor, de hecho en ocasiones el exceso de confianza acarrea problemas o accidentes.

Confía en tu capacidad de mejorar, en tu capacidad de aprender y cada vez serás capaz de hacer mejor cualquier actividad. Y nunca dejes de quererte. No necesitas demostrar a nadie lo bueno que eres, o lo poco que te importan las opiniones de tu entorno.

Quiérete a ti mismo, acéptate, debes saber que puedes mejorar, que no tienes por qué aceptar aquello que te gustaría cambiar de ti mismo, que puedes cambiarlo, que puedes cambiarte. 

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