miércoles, 25 de marzo de 2015

Llegan las notas

Llegan las notas

La Semana Santa marca el final de la segunda evaluación académica.

Los alumnos de últimos cursos de primaria y los de secundaria  comienzan a ponerse nerviosos (algunos), ante la posibilidad de suspender el curso. Los padres comienzan a contratar profesores particulares si no lo han hecho antes.

Para los alumnos de bachillerato la situación puede ser más complicada. Porque suspender no sólo es negativo para sus intereses inmediatos. Una nota baja les puede apartar de la carrera que pretendan hacer en el futuro.

Actualmente (estamos en marzo de 2015) al acabar los dos cursos de bachillerato los jóvenes necesitan superar el examen de selectividad  para entrar en una carrera universitaria,y la nota de bachillerato cuenta en selectividad. 

Es ahora cuando necesitan mejorar su rendimiento, más allá de aprobar.

Necesitan aprender conceptos para obtener calificaciones, comprenderlos para que les sirvan en su futuro académico; pero también necesitan aprender a aprender.

A veces también necesitan aprender sobre sí mismos, reconocer sus puntos fuertes y aquella zonas de su persona que puedan mejorar (podríamos llamarlas debilidades).

El Coaching con adolescentes es un método relativamente rápido de alcanzar objetivos. No suele ser inmediato.

Permite que el adolescente se dé cuenta de lo que necesita. De lo que es capaz de hacer. De lo que no está haciendo para alcanzar sus metas. De cuáles son esas metas y de si son suyas o de sus padres, estableciendo entonces las suyas propias.

En el proceso se busca para qué hace o no hace. Es decir, qué quiere conseguir con su actitud.

Buscamos que la motivación para estudiar sea interior y no exterior.




En los procesos de Coaching con adolescentes, suelen pedirse, por los padres y por los propios adolescentes también, técnicas de estudio y de mejora del rendimiento (sobre estos temas traté en los primeros posts de este blog, puedes verlos a la derecha, desde septiembre de 2012, te invito a navegar por el Archivo del Blog)

Vale, hasta aquí lo fácil.

Ahora, ¿cuántos y cuántas  adolescentes suspenden porque en el examen se quedan en blanco?

La ansiedad ante los exámenes produce esos efectos. El adolescente no obtiene el resultado que le correspondería por el esfuerzo realizado simplemente porque está demasiado nervioso. La clave está en la palabra demasiado.

Se puede entrenar para calmar esa ansiedad de forma que los conocimientos fluyan mejor.

Por ejemplo mediante repeticiones imaginadas de los exámenes, mediante anclajes positivos, mediante técnicas de relajación o con una versión rápida de “toma  de tierra” o mediante autoinstrucciones.

Podéis emplear la información incluida en este blog, o en cualquier otro lugar de Internet (eso sí, recordad ser críticos siempre con la información de Internet).

También podéis apoyar a vuestros adolescentes con un profesional especializado. Estamos para eso.

Más información, como siempre, en www.gabinetesumar.com